Antiguos artefactos misteriosos


Algunos hallazgos arqueológicos no pueden ser completamente explicados por la ciencia. Conoce algunos de ellos:



Mecanismo de Anticitera
Buzos recuperaron este enigmático objeto de un barco naufragado en 1900, frente a las costas de Anticitera, entre las islas griegas de Citera y Creta. El corroído mecanismo se compone de un conjunto engranajes de bronce, signos e inscripciones astronómicas en el antiguo dialecto corintio-siracusano, sugiriendo que data del 87a.C.


Tras ser analizado bajo rayos X, se encontró que era mucho más complejo de lo que aparentaba, conteniendo un sofisticado sistema de ruedas dentadas cuya existencia no se conocía hasta 1575. Estudios posteriores revelaron que se trataba de una antigua calculadora mecánica, diseñada para seguir el movimiento de los cuerpos celestes.  Aún se desconoce quién construyó el asombroso instrumento hace 2,000 años o cómo se perdió esta tecnología.




Aviones precolombinos
Cerca del río Otún, en Colombia, fueron encontradas decenas de figuras de oro y bronce pertenecientes a la cultura quimbaya, datando alrededor del 1000 d.C. Curiosamente algunas de estas figuras, que miden entre 5cm y 7.5cm, parecen representar aviones modernos de mediados del siglo XX, inexistentes en aquella época.Actualmente, los llamados artefactos de quimbaya se encuentran exhibidos en el Museo de Oro en Bogotá, donde son presentados como figuras zoomorfas, respresentantes del estilo de la cultura, y no como aeroplanos. ¿Pájaros o antiguos aviones?



Mapa de Piri Reis

Este mapa representa un enigma, no sólo por su notable precisión, sino también por lo que muestra. Trazado sobre piel de gacela por el almirante y cartógrafo otomano Piri Reis en 1513, representa claramente a Sudamérica, posicionado en relación a África, así como las costas occidentales de África del Norte y Europa y la costa este de Brasil. 


Más impresionante aún, es que detalla un continente en el extremo sur, donde ahora sabemos que yace la Atártida, la cual no fue descubierta sino hasta 1820. Curiosamente, el territorio aparece con gran detalle pero sin hielo, que ha cubierto la Antártida desde hace al menos 6,000 años. 



Los márgenes del mapa revelan algunas de sus fuentes, como las cartografías de Cristóbal Colón halladas en 1501 e informes de un marinero que realizó los primeros viajes colombinos. Sin embargo, también contiene misteriosos escritos de Reis indicando a "los antiguos reyes del mar" como sus informantes. Actualmente se encuentra en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul, donde no está disponible al público.


Batería de Bagdad
En 1936, trabajadores del Departamento Estatal Iraquí del Ferrocarril descubrieron una vieja tumba en la aldea de Kujut Rabua. En su interior , hallaron un inusual recipientes de arcilla. Tenía forma de jarrón y medía 14cm de alto por 4cm de diámetro. Dentro portaba un cilindro de cobre fijado con asfalto, y al interior del cilindro había una vara de hierro.


El curioso artefacto data del periodo parto (entre 248a.C y 226 d.C.). Expertos concluyeron que se trataba de una pila, que al ser llenada con un líquido ácido o alcalino producía una carga eléctrica. Durante un experimento, se le introdujo un electrolito y conectó a una lámpara, logró encenderla aun después de tantos años. Lamentablemente, la batería se perdió durante los saqueos provocador por la invasión de Irak en 2003.



Algunos escépticos desconfían del aparato, otros creen que era utilizado para realizar galvanoplastia sobre objetos con oro. De ser así, ¿cómo se logró esta tecnología tan avanzada a su tiempo?


Bolas de Costa Rica
En la década de 1930, trabajadores de la compañía bananera estadounidense United Fruit Company deforestaban la jungla de Costa Rica cuando descubrieron un conjunto de sorprendentes objetos: decenas de bolas de piedra, la mayoría perfectamente esféricas. Su tamaño variaba desde el de una pelota de tenis a enormes petroesferas de sorprendente 8 pies de diámetro y un peso de 16 toneladas dos metros y medio de diámetro y 16 toneladas.


Los arqueólogos estiman que fueron colocadas en la llanura aluvial del delta del río Diqu íspor los indígenas de la zona, entre el 300 a.C. y el 300d.C. Sin embargo, aún se desconoce cómo y cuándo se esculpieron, ni cuál era su propósito.

En 2014, la Unesco declaró el conjunto de esferas de piedra precolombinas Patrimonio de la Humanidad, y la Asamblea Legislativa de Costa Rica las nombró símbolo nacional del país.




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